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jueves, 12 de abril de 2012

Lectura en un centro sanitario

La lectura puede ser un buen compañero en períodos de enfermedad o convalecencia. Cuando el niño está enfermo, ocupar con ella el tiempo de hospitalización del niño o a la espera en una consulta médica puede ayudarle a olvidar por un rato su malestar y reducir la ansiedad o la angustia que pueden provocar este tipo de situaciones. La lectura es un buen recurso terapéutico, y los libros pueden incidir positivamente en el niño enfermo mejorando su estado de ánimo.
El Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil de la Fundación dispone de varios servicios de este tipo implantados en el hospital (programa Libros de cabecera) y en varios centros de atención primaria (programa Leyendo espero) de Salamanca. Puedes ver los vídeos grabados en uno de estos centros, el Miguel Sánchez Armijo.

Algunas pautas para la selección de recursos son:


  • Optar por libros “ligeros” que no sean excesivamente largos ni densos, y que sean fáciles de manejar. Algunas tipologías responden a esta cualidad mejor que otras, por ejemplo, los cuentos, en especial los álbumes; los poemarios y los libros de adivinanzas y juegos; los materiales informativos; los relatos breves y los cómics, entre otros.

  • Si es posible, incorporar materiales en otros soportes (música, películas, juegos…) que proporcionen experiencias de lectura diferentes.

  • Es importante que las propuestas transmitan mensajes positivos y contribuyan a infundir ánimos al lector, a evadirle…

  • Y, por supuesto, contemplar la posibilidad de contar con materiales de lectura adaptados a personas con diferentes tipos de discapacidad (en braille, lengua de signos, etcétera).

¿Cómo dinamizarlo?


Si el servicio dispone de una persona responsable (bibliotecario, animador sociocultural, educador), se pueden realizar actividades de promoción de la lectura como:



  • Presentaciones de materiales que motiven la curiosidad del niño y a través de las cuales se lo estimule a leerlos.

  • Cuentacuentos o lecturas en voz alta que le acerquen historias utilizando diferentes estrategias: marionetas, kamishibai…

  • Audiciones de cuentos, proyecciones de películas o propuestas de páginas web que le permitan descubrir las particularidades de la lectura en otros soportes.

  • Talleres de manualidades, de pintura, de escritura… en los que se retomen las lecturas y a sus protagonistas.

  • Actividades culturales o espectáculos de teatro, música, magia… que refuercen ese objetivo de evasión del niño de la posible situación de conflicto.

  • Préstamo de los libros en las circunstancias en las que éste sea viable, tanto en el espacio destinado a la biblioteca como en las propias habitaciones de los pacientes.

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